Juan Barrios, Madrid (1992), se define a sí mismo como músico, compositor, pianista, amante del sol y del café y escritor de canciones. Con amplias influencias musicales y literarias, su obra va y viene del jazz a la canción tradicional latinoamericana, con un delicado tratamiento de armonías musicales y un exquisito cuidado por el verso, la forma y la rima.

Su primer grupo, Handicap, ensayaba en un sótano de la capital. Un cable lanzado desde el edificio proveía la electricidad necesaria para dar vida a los amplificadores. La banda avanzó de la mano de la primera juventud, con Juan en la labor de teclista, dejando atrás compuestas sus primeras canciones. El punto de inflexión llega al final de un camino de varios años por salas madrileñas, con la disolución del grupo en 2009. En 2010 confluyen influencias llegadas de distintos lugares. Por un lado el jazz, que choca como una locomotora contra los comienzos universitarios de Juan, y hace que sus estudios de piano pasen a un primer plano tras su ingreso en la Escuela de Música Creativa. Por otro el folklore tradicional latinoamericano. De la primera corriente llegan los autores de los hoy considerados temas clásicos del género (Richard Rogers, Henry Mancini, Jerome Kern) en sus estructuras, armonías y estética. De la segunda un viaje de influencias de sur a norte, de Discépolo a Jose Alfredo Jiménez, que pasa por el vals criollo, la bossa nova en las composiciones de Jobim y la guitarra de Joao Gilberto, los boleros etc. Las letras evolucionan entonces, arrastradas en gran medida por esta segunda corriente de influencias y la lectura de poesía en español. La forma en el verso y la estructura de la rima es un interés principal en las canciones surgidas a partir de este momento. Llega 2013 y Juan viaja a Boston para continuar sus estudios de piano jazz en Berklee College of Music. Vadim Neselovskyi, pianista, compositor, y profesor de Juan durante esta época, será una gran ayuda e influencia. El contacto con la cultura americana durante los años de estancia allí y la heterogeneidad del ambiente musical de la ciudad calan en las canciones. La idea de llevarlas al formato con banda, cercano al jazz, llega entonces. A su regreso a Madrid en 2016, Juan lleva en solitario las canciones de lo que será su primer disco, Ahora que nadie me espera (2017), a los escenarios. En invierno de ese mismo año coincide tocando standards en un local del metro Torre Arias con David Pamo y Pablo Nadal, quienes se unirán como bajista y batería del proyecto, y junto a quienes entrará en el estudio en verano del año siguiente. En otoño de 2017, Ahora que nadie me espera está cincelado y acabado, y se abre una nueva etapa con la salida del disco.

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